
Como dice el maestro Diego Gonzales en su libro Dirección del aprendizaje, que "el cuento es la sal de vida en los primeros grados y que la Educación Inicial es la etapa del cuento", podemos añadir que la fábula es la golosina de los estudiantes, gracias a ciertas características que posee.
Esas características convierten a la fábula en un instrumento ideal para incentivar la lectura en los niños de nuestro tiempo. Ellos, desde muy pequeños, están inmersos en un mundo visual de dibujos animados y de breves mensajes lingüísticos. Sacarlos a empellones de ese entorno es casi imposible; en cambio la fábula puede introducirse en ese mundo infantil y desde allí guiar a los futuros lectores por el largo camino de la lectura.
La fábula se ciñe estrictamente a dos elementos que son: su brevedad narrativa y su conclusión en una sentencia o moraleja. Además, el uso de animales y objetos humanizados, como personajes participantes, le da un tono alegórico a la historia. A diferencia de otras composiciones literarias que también tienen fines de adoctrinamiento cultural, moral o religioso, como los mitos, leyendas, poemas épicos, parábolas, cuentos maravillosos, etc., la fábula se circunscribe directamente a la interrelación entre los seres humanos dentro de una sociedad; esta característica hace que la fábula sea siempre actual por los valores universales y atemporales que transmite.
Utilizar las fábulas como medio de enseñanza didáctica y moral es una práctica usual en casi todas las culturas de nuestro planeta. Se cree que los primeros cultores fueron los pueblos orientales y siglos después florecieron en Grecia y Roma. Más tarde, se extendió a otros países hasta universalizarse.
Es
sorprendente la actualidad que tienen las fábulas
antiquísimas de Esopo (600 años a.C.), esclavo
negro que vivió en Grecia; las de La Fontaine, quien
elevó a las fábulas a un nivel
artístico y Samaniego, quien se preocupó por
pulir la memoria literaria de sus contemporáneos con sus
fábulas en el siglo XVIII.
(Texto extraído del libro Fabulas Peruanas, de Juan y Víctor Ataucuri)

Fábula. (Del lat. fabula). f. Breve relato ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada en una moraleja final, y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados.
Las características principales de la fábula son
las siguientes:
Estaba
una liebre siendo perseguida por un águila, y
viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo,
suplicándole que le salvara.
Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga. Pero el águila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devoró a la liebre en su presencia.
Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus futuros pequeñuelos.
Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de barro, voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus. Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos.
Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.
Si introduces un diálogo, puedes "caracterizar" a cada
personaje que habla de una manera adecuada. Observa las palabras de la
liebre fanfarrona en esta fábula:
Si hablan dos personajes, puedes caracterizar a cada uno de ellos. A este recurso se le llama sermocinatio.
Puedes describir el carácter, las acciones o las costumbres
de un personaje. Observa cómo se describe a la perrita
faldera en esta fábula de Esopo:

A este recurso se le llama etopeya.
Puedes atribuir a los animales, plantas u objetos acciones y cualidades propias del hombre. Las acciones o cualidades deben ir conforme al carácter que le vayamos a dar al personaje, siendo siempre el lenguaje que uses claro y conciso. Observa esta fábula a las ranas pidiendo rey:
Cansadas
las ranas del propio desorden y anarquía en que
vivían, mandaron una delegación a Zeus para que
les enviara un rey. A este recurso se le llama prosopopeya.

Viajaban por esta tierra juntos una zorra y un mono, disputando a la vez cada uno sobre su nobleza.
Mientras cada cual detallaba ampliamente sus títulos, llegaron a cierto lugar. Volvió el mono su mirada hacia un cementerio y rompió a llorar. Preguntó la zorra que le ocurría, y el mono, mostrándoles unas tumbas le dijo:
-- ¡ Oh, cómo no voy a llorar cuando veo las lápidas funerarias de esos grandes héroes, mis antepasados !
-- ¡ Puedes mentir cuanto quieras -- contestó la zorra --; pues ninguno de ellos se levantará para contradecirte !
Sé siempre honesto en tu vida. Nunca sabrás si el vecino que te escucha sabe la verdad y corroborará o desmentirá tus palabras.
Había
una zorra que nunca había visto un león.
La puso el destino un día delante de la real fiera. Y como
era la primera vez que le veía, sintió un miedo
espantoso y se alejó tan rápído como
pudo.
Al encontrar al león por segunda vez, aún
sintió miedo, pero menos que antes, y lo observó
con calma por un rato.
En fin, al verlo por tercera vez, se envalentonó lo
suficiente hasta llegar a acercarse a él para entablar
conversación.
En la medida que vayas conociendo algo, así le
irás perdiendo el temor. Pero mantén siempre la
distancia y prudencia adecuada.

Un cuervo que se encontraba muy enfermo dijo a su madre:
- Madre, ruega a los dioses por mí y ya no llores más.
La madre contestó:
- ¿Y cuál de todos, hijo mío, tendrá piedad de tí ?
¿Quedará alguno a quien aún no le hayas robado la carne ?
No te llenes innecesariamente de enemigos, pues en momentos de necesidad no encontrarás un solo amigo.
Enterado el gato Marramaquiz
de que en cierta casa vecina abundaban los
ratones, encaminóse a ella y en varias veces se
engulló cuantos quiso. Los afligidos, al ver que cada
día faltaban algunos amigos, se dijeron en ratonil
confianza:
Puesto que todos vamos a perecer, cuerdo será quedarse cada uno en su escondrijo, que el gato, por saltarín que sea, no podrá llegar entonces hasta nosotros.
Hiciéronlo así; pero el hambre, que es fecunda en recursos, sugirió al gato de atraérselos nuevamente, para lo cual, colgándose de un palo, fingióse muerto. Los ratoncillos más jóvenes comenzaron a sacar la cabeza, y aun a exponerse a salir, hasta que el ratón más viejo, llamado Roepan, que con astucia miraba al gato, exclamó:
Muerto está, compañeros, pero por lo mismo que está muerto, quedémonos todavía aquí para no turbar el esposo de los difuntos.
Hay quien asegura que al gato se le bajó la sangre a la cabeza y se murió de veras.
El varón prudente evitará ser engañado con astucias y dobleces.
La experiencia y la prudencia indican que la desconfianza es la madre de la seguridad.
Tuvo antiguamente el milano otra voz, una voz
penetrante. Pero
oyó un día a un caballo relinchar admirablemente,
y lo quiso imitar. Pero a pesar de todos sus intentos, no
logró adoptar exactamente la voz del caballo y
perdió además su propia voz. Así,
quedó sin la voz del caballo y sin su voz antigua.
"No embellezcas tu aspecto, sé bello en tus actos." (Tales de Mileto)
